Una de cada diez personas tiene un nevo displásico, se trata de un lunar atípico de morfología diferente a los lunares corrientes. Son los tipos de lunares que pueden evolucionar con mayor probabilidad hacia un melanoma, el tipo de cáncer de piel más grave que existe. Su detección temprana puede ayudar a la curación de este tipo de tumor.
Es por ello que los dermatólogos insisten en que todas las personas se revisen los lunares en casa para detectar cambios o anomalías que alerten de un posible melanoma. En estos casos se debe acudir a la mayor brevedad a la consulta dermatológica.
¿Qué son los lunares?
Los lunares o nevus son crecimientos en la piel que se producen gracias a los melanocitos, células encargadas de realizar el pigmento en la piel, la melanina. Un adulto puede tener entre 10 y 40 lunares en todo su cuerpo. Éstos pueden ser de distintos colores, volumen, forma y tamaño.
Los lunares pueden ser grandes o pequeños con colores marrones, rosados, rojos, negros e incluso azules; de forma oval o redonda, pueden ser planos o sobresalir de la piel. Algunos lunares cambian poco a poco debido a la exposición al sol, embarazo, pubertad o por la reacción de algún medicamento.
Por eso, debemos tener en cuenta si los cambios que tienen lugar en los lunares se producen de forma regular, ya que se puede formar un melanoma maligno.
Tipos de lunares
- Lunares comunes adquiridos: Surgen en cualquier parte del cuerpo de los bebés entre los 6 y 12 meses y en personas con la piel clara. La exposición al sol es la consecuencia principal de este tipo de lunares.
- Lunares congénitos: Se presenta en los recién nacidos. Pueden ser pequeños o grandes (hasta 20 cm de tamaño) y son redondo u ovalados. Se transmite de forma hereditaria si la predisposición es mayor.
- Lunares con aureola: Crece una aureola blanca despigmentada alrededor del lunar. Surgen comúnmente en la adolescencia. Son inofensivos y desaparecen con el tiempo.
- Lunares de spitz: Llamados también como lunares de células fusiformes, miden entre 6 a 9 mm de diámetro y son lisos. Aparecen en la cabeza o el rostro en niños entre los 3 y 13 años. Son benignos.
- Lunares atípicos: Miden 1 cm y son lisos o rugosos. Son más grandes que los lunares comunes. Puede variar el color entre el marrón y el beige. Surge en el inicio de la adolescencia en el pecho, cuero cabelludo, nalgas o espalda. Deben ser analizados periódicamente, ya que puede incrementar las probabilidades de un melanoma.
¿Cómo detectar cambios en los lunares de forma temprana?
La regla ABCDE nos indica qué aspectos debemos tener en cuenta y los lunares y cuándo acudir al dermatológo.
- Asímetría: Dividimos el lunar en dos, las dos mitades tienen que ser similares en color y forma.
- Bordes: Los bordes de los lunares comunes deben ser regulares. Si es irregular no es síntoma de melanoma, pero si debe ser consultado por el dermatólogo porque puede tener mayor riesgo de convertirse.
- Color: Los lunares con más colores que uno, son considerados con mayor riesgo de convertirse en malo.
- Diámetro: Los lunares con más de 6 mm de diámetro deben ser revisados por su predisposición a convertirse en peligroso.
- Evolución: Si el lunar sufre cualquier cambio, ya sea de forma, color, cambio de tamaño, etc…debe ser consultado con el dermatólogo.
¿Qué es un melanoma?
El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se produce cuando las células que dan color a tu bronceado empiezan a desarrollarse sin control. Es uno de los cánceres de piel menos comunes, pero es de los más peligrosos debido a su alta potencialidad de propagarse por otras partes del cuerpo o del tejido. Es importante descubrirlo con tiempo para poder tratarlo y curarlo con total éxito.
Factores de riesgo para sufrir cáncer de piel
Los principales factores que pueden producir cáncer de piel son:
- Piel clara: Una menor pigmentación (melanina) en la piel aporta menos protección contra la radiación UV dañina.
- Exposición excesiva al sol: La exposición de la piel un tiempo excesivo al sol, y aún más, si la piel no está protegida con protección solar o de ropa.
- Quemaduras por el sol: Tener antecedente de una o más signos de quemaduras por el sol de niño o adolescente o la adultez.
- Climas en grandes altitudes o sol: Las personas que viven en zonas altas y en climas cálidos y soleados están expuestas a altas cantidades de radiaciones solares.
- Lesiones cutáneas precancerosas: Lesiones en la piel llamadas queratosis actínicas.
- Antecedentes de cáncer de piel en la piel: Si uno de los familiares más próximos (padres o hermanos) tuvo cáncer de piel, el riesgo de que padezcas la enfermedad puede ser grande.
- Precedentes personales de cáncer de piel: Si tuviste cáncer de piel, existe la posibilidad de volver a tenerlo.
- Sistema inmunitario frágil: Las personas con el sistema inmunitario débil son más propensas.
- Lunares: Las personas que tienen lunes atípicos conocidos como nevos displásicos.
- La exposición a determinadas sustancias químicas: Exponerse continuamente a productos como el arsénico.
- Exposición a la radiación: Aquellos pacientes que recibieron tratamiento de radiación para las patologías de la piel, como el eccema, pueden tener un gran riesgo.
Prevención del cáncer de piel
Siempre se debe tener en cuenta que una consulta periódica con su dermatólogo, además del uso de una protección solar alta, el cuidado de la piel y la no exposición a altas cantidades de radiación ultravioleta evitará el descubrimiento tardío de cualquier patología en la piel y permitirá su total curación.