Se acerca la Navidad y, con ella las cenas de empresa, los brindis pre-navideños, las cestas, los bombones o las galletas de jengibre en la oficina. La Dra. Marina Rodríguez, directora de Dermaten Clínicas en Santa Cruz de Tenerife, señala que “debemos recordar que nuestra alimentación no solo afecta al estado de nuestro sistema digestivo. Todas las sustancias proinflamatorias que ingerimos también afectan a todos los órganos y aparatos de nuestro cuerpo, entre ellos la piel”.
El consumo de azúcares refinados, alcohol, alimentos ultra procesados, grasas saturadas de origen animal o tabaco producen directamente en nuestra piel un estado irritativo. “Ello puede causar varios problemas primarios en personas que no padecen ninguna enfermedad dermatológica como pueden ser: prurito o picor, eczemas, habones, seborrea, acné, xantomas o bien el empeoramiento de procesos dermatológicos previos como psoriasis, rosácea inflamatoria, acné polimorfo, dermatitis seborreica, hidrosadenitis o hiperhidrosis”, explica.
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Principales problemas dermatológicos en esta época
En la época de otoño-invierno existen ciertos cuadros dermatológicos frecuentes como el defluvium estacional o caída de pelo otoñal, sabañones o perniosis, xerosis o sequedad de la piel, sobre todo en miembros inferiores intensificada por el frío o dermatitis irritativas de las manos fruto del descenso de la temperatura del agua con la que nos lavamos.
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Especial atención a quienes padecen psoriasis
Especial atención a las transgresiones dietéticas durante estas fechas deben prestarle los pacientes afectos de psoriasis. Esta enfermedad crónica de origen autoinmune no solamente afecta a la superficie cutánea sino que puede afectar a nivel reumatológico, causando artritis psoriásica y a nivel cardiovascular.
Se sabe que los pacientes afectos de psoriasis presentan un mayor riesgo cardiovascular que la población sana, por lo que su riesgo de infarto agudo de miocardio, ictus o embolias es superior. No fumar, realizar deporte de forma regular y mantener una dieta adecuada es parte del tratamiento para estos pacientes.
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Recomendaciones para proteger nuestra piel
Para intentar evitar que estos factores estacionales y dietéticos nos pasen factura, la Dra. Marina Rodríguez nos ofrece una serie de recomendaciones:
- Hay que prestar especial atención al uso diario de emolientes, sobre todo en las áreas con más tendencia a la sequedad de nuestro cuerpo como son el dorso de las manos y la región distal de las piernas ( desde las rodillas hasta los tobillos). Emolientes a base de urea o ácido láctico nos ayudan a conservar la hidratación natural de la piel y sus lípidos de superficie.
- En la piel corporal general, es suficiente con aplicar las cremas hidratantes una vez al día tras la ducha, pero en las manos es preciso hidratar al menos después de cada lavado. Además, el correcto secado de las manos tras el lavado es fundamental.
- Debemos proteger de forma cuidadosa las manos y pies si bajan las temperaturas para evitar los molestos sabañones, que pueden precisar tratamientos con vasodilatadores vía oral o corticoides tópicos.
- Con los eventos propios de las fiestas prenavideñas en ocasiones nos maquillamos más. También es importante prestarle atención a una correcta limpieza de la piel una o dos veces al día, sobre todo antes de dormir, momento en el cual se producen muchos procesos regenerativos a nivel cutáneo.
- Además, no podemos olvidar que, viviendo en Canarias, el uso del filtro solar debe realizarse también durante los meses de invierno, ya que el índice ultravioleta en las islas es alto durante todo el año. No hay que proteger solo la cara, sino también la zona del cuello, escote, manos y brazos y piernas si están expuestos.
- Los pilares de nuestra salud: la alimentación, el deporte y el sueño deben mantenerse en equilibrio en nuestra vida. No solo influyen en nuestro estado de salud general y estado de ánimo sino que los 2m2 de piel que nos recubren también se encuentran influidos directamente por ellos. Por ello, no olvidemos de cara a las fechas que se aproximan que mens sana in corpore sano.
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