Rejuvenecimiento facial mediante infiltraciones de ácido hialurónico

El ácido hialurónico, también conocido como hialurónico o hialuronato, es la sustancia más utilizada en relleno facial. Se trata de una sustancia  que produce nuestro organismo de forma natural. Cuando los azúcares o carbohidratos de ácido hialurónico no están unidos a otras moléculas, crean una unión con el agua dándole un aspecto gelatinoso. Y esta forma lo convierte en una de las sustancias más interesantes e investigadas en los últimos años de la medicina estética, cirugía ortopédica y ocular.

Sin embargo, con el paso de los años el ácido hialurónico va desapareciendo de nuestro organismo, por lo que se pierde elasticidad e hidratación de la piel, aparecen arrugas, líneas de expresión… Es por ello que es necesario reponer el ácido hialurónico.

El ácido hialurónico se encuentra en:

• la piel, en la cual crea volumen (sin el ácido hialurónico, la piel estaría seca, marchita y arrugada)
• el cuerpo vítreo, donde da forma y volumen a los ojos
• en los cartílagos, huesos y líquido sinovial, en los que tiene el papel de lubricante, de material de absorción de los golpes y de filtro, entre otras cosas
• en los vasos sanguíneos
• en el cordón umbilical, cuya función consiste en permitir que jamás se interrumpa el contacto entre la madre y el feto.

En nuestra piel tenemos altas concentraciones de ácido hialurónico lo que nos permite tener un tejido elástico y libre de arrugas. La piel comprende alrededor del 15% del peso corporal y que tenga suministro de hialurónico y colágeno es fundamental.

Gracias al colágeno disfrutamos de una piel elástica y firme, y gracias a las moléculas de hialuronato el colágeno puede hidratarse y mantener la elasticidad.

Sin estos dos componentes, cuando la piel es estirada no puede recuperar su forma habitual, lo que produce, en poco tiempo, arrugas y flacidez.

El ácido hialurónico es un material de relleno reabsorbible, totalmente biodegradable, es decir, que se integra y degrada en las capas profundas de la piel. Esto disminuye los efectos secundarios que presentan otros materiales permanentes.

Su principal ventaja es su alta capacidad para captar agua, por lo que no solo ejerce una función de relleno, sino que mejora los niveles de hidratación cutánea y los volúmenes faciales.

En las mejillas, pómulos, sienes o labios consigue un efecto de relleno que aporta juventud a los rasgos faciales.

El relleno facial con ácido hialurónico se aplica mediante microinyecciones y, si es necesario, se hace uso de anestesia local en la zona.

• Surco nasogeniano
• Pliegues peribucales y comisura de los labios (contorno de labios)
• Entrecejo
• Patas de gallo
• Frente

• El paciente puede volver a su rutina habitual
• Evitar tocar la zona infiltrada
• Es normal sentir una leve inflamación o rojez en la zona donde se ha inyectado el ácido hialurónico