Para poder cuidar y proteger nuestra piel lo primero que debemos conocer es qué tipo de piel tenemos. Determinarlo por uno mismo es complicado, por ello es importante consultar con un dermatólogo, quien dará las pautas necesarias para cuidar de forma correcta la piel, mantenerla hidratada y evitar dañarla.
Tipos de piel
Hay varios tipos de piel:
- Piel mixta, que combina normal-seca y grasa.
- Piel seca, que suele tener un aspecto áspero y descamado.
- Piel normal, que presenta unos poros pequeños y un tono rosado.
- Piel grasa, que es aquella que produce más sebo de lo necesario.
- Piel sensible, que es susceptible a factores externos.
A continuación, vamos a centrarnos en ofrecer recomendaciones y datos relevantes sobre el cuidado de dos de estos tipos de piel: la piel seca y la piel grasa.
Las patologías más comunes de la piel grasa y de la piel seca
Piel grasa
Los cuadros más frecuentes en pacientes con tendencia seborreica afectan a las áreas donde más densidad de glándulas grasas nos encontramos: cara y cuero cabelludo, área central de tórax y espalda.
Con mayor frecuencia observamos dermatitis seborreica, que cursa con rojez y escamas, picor, inflamación en la cara y cuero cabelludo. Este tipo de cuadros empeora con situaciones de estrés.
También es frecuente el acné, tanto en adolescentes como en adultos, que cursa con nódulos, pequeñas pápulas en cara y tronco y en muchas ocasiones con cicatrices residuales.
PIel seca
En pacientes con la piel seca, predominantemente a nivel corporal pueden observarse con frecuencia eczemas o dermatitis por culpa de la sequedad extrema.
Estas condiciones extremas de la piel, causan inflamación, picor, fisuras y en ocasiones sobreinfección por el rascado. Estos cuadros se pueden ver en niños y adultos atópicos, ancianos, pacientes con insuficiencia vascular venosa en las piernas, pacientes sometidos a ciertos tratamientos (alteraciones tiroideas, corticoides, quimioterapia, etc)
¿Qué afecciones cutáneas empeoran en verano? ¿Cómo cuidarlas?
El aumento de las temperaturas y de la humedad en verano provoca un aumento de la sudoración y de la secreción grasa de nuestra piel. Todo ello favorece la aparición de infecciones por hongos, que se manifiestan con manchas redondeadas en la espalda y el pecho, de color blanco-rosado. En ocasiones pican y deben tratarse con medidas antifúngicas adecuadas.
El aumento de la radiación UV empeora las dermatosis que se consideran fotoinducidas o fotosensibles (que empeoran con la luz del sol), como el lupus, rosácea, erupción lumínica, urticaria solar, dermatitis fotoalérgica, enfermedad de Darier, dermatomiosistis, etc.
Además el consumo de ciertos medicamentos fotosensibilizantes como antibióticos, retinoides, quimioterápicos, también puede aumentar la sensibilidad de nuestra piel al sol.
Los pacientes con antecedentes de daño solar crónico y cáncer cutáneo melanoma y no melanoma, pueden agravar su daño solar acumulativo durante el verano por el aumento del índice UV al que están expuestos, por lo que es fundamental exremar las medidas de fotoprotección.
Desde el punto de vista estético, las manchas solares de tipo melasma o cloasma y léntigos solares pueden agravarse debido a la mayor exposición a la luz UV , radiación infrarroja y luz visible.
Aumenta las medidas de protección solar
Durante estos meses es fundamental para pacientes afectados de cuadros sensibles al sol que sigan estas recomendaciones:
- Aumentar las medidas de fotoprotección mediante el uso de filtros solares de alta protección (30 o superior)
- Utilizar gorras, gafas de sol, ropa adecuada y sombrillas.
- Aumentar el consumo de alimentos ricos en antioxidantes y carotenos, que aumentan la protección endógena frente a los radicales libres provocados en nuestra piel por la exposición a los rayos UV.
- Evitar la exposición solar durante las horas centrales del día (11-16 horas) nos evitará los riesgos asociados al mayor índice UV en esa franja horaria.
¿Cómo afecta el calor y la humedad a la piel grasa? ¿Y en el caso de la piel seca?
El calor y la humedad promueven la mayor secreción de grasa en pieles con tendencia seborreica, empeorando cuadros como el eczema seborreico, acné o la seborrea de cuero cabelludo.
En el caso de las pieles secas, la mayor estimulación de las glándulas sebáceas ayuda a mejorar la composición grasa del estrato córneo de la piel (el más externo), promoviendo una mayor función barrera de la piel y mejorando el estado de hidratación.
Cuidado facial de la piel grasa y de la piel seca
El cuidado facial de las pieles con tendencia grasa
- Se debe evitar el uso de cosméticos ricos en aceites muy oclusivos.
- El uso de sustancias muy untuosas puede producir la aparición de cuadros acneicos secundarios a la oclusión de los poros por los aceites cosméticos, eczemas, etc.
- Debemos usar productos de limpieza adecuados que ejerzan un papel purificante y seborregulador.
- Los productos hidratantes deben ser siempre de textura ligera, con baja concentración grasa u oil-free.
El cuidado facial de las pieles secas
En el cuidado de la piel seca facial intentaremos:
- Complementar la ausencia de producción propia de grasas por motivos genéticos, hormonales o farmacológicos.
- Para reponer las grasas ausentes de forma natural en la piel, deben utilizarse productos de limpieza suaves, emolientes y cosméticos hidratantes de texturas ricas que permitan mejorar la función barrera deficiente de las pieles secas.
¿Qué activos deben contener los productos para limpiar la piel grasa? ¿Y en el caso de la piel seca?
Para la higiene diaria de las pieles grasas, los limpiadores (espumas, geles, pan dermatológico, etc) deben contener sustancias seborreguladoras, queratolíticas que eviten la formación de comedones, antiinflamatorias y antisépticas para inhibir la proliferación de bacterias y hongos. Los más popularmente usados son: sulfato de cobre y Zinc, serenoa serrulata, peróxido de benzoilo, Niacinamida, ácido salicílico, ácido glicólico o derivados retinoides.
En el caso de las pieles secas, se tiende a usar productos de texturas ricas, con alto contenido en aceites y ceramidas, que realizan una limpieza suave con un bajo poder tensioactivo que evite la irritación de la piel seca y al mismo tiempo cumpla un papel emoliente.
¿Qué productos o activos son más adecuados para hidratar la piel grasa? ¿Y en el caso de la piel seca?
Para la hidratación de la piel grasa se suelen recomendar activos con poder seborregulador y purificante, que permita una microexfoliación de la piel que impida la formación de tapones córneos y por tanto el empeoramiento de las consecuencias de una seborrea excesiva (acné, dermatitis, prurito, sobreinfección).
El uso de niacinamida, alfa y beta hidroxiácidos y activos seborreguladores, permiten regular la producción de grasa, evitar la formación de lesiones acneicasy controlar la flora microbiana cutánea.
Además de los principios activos, es importante el uso de excipientes ligeros, normalmente con bases al agua y silicónicas, libres de grasas que evitan la oclusión de los poros de la piel.
En el caso de las pieles secas, activos derivados de aceites naturales (almendras, oliva, argán, karité), ceramidas y sustancias con alto poder emoliente con la urea, sustancias ácidas como el láctico, salicílico, lanolina, son las de elección junto con excipientes de alto contenido en aceites y bases oclusivas que permitan una mayor capatación del agua en el estrato córneo.
Medidas de fotoprotección en pieles grasas y secas
- Aplicación del filtro solar media hora antes de la exposición para que el efecto sea óptimo.
- El filtro debe ser 30 o superior y debe renovarse de forma adecuada cada 3 horas o con mayor frecuencia en el caso de sudoración profusa, inmersión, deportes acuáticos.
- La cantidad de fotoprotector debe ser la adecuada, aplicándose generosamente para evitar disminuir su eficacia.
- El uso conjunto de medidas físicas de vestimenta como gorras, camisas, gafas de sol es también recomendable.
Las personas de piel grasa se beneficiarán de productos cosméticos solares de texturas ligeras como espumas, geles, airgel, brumas, spray oil-free, etc, que no provocarán un aumento de la secreción grasa ni obstruirán los poros con la formación de acné secundario (acné cosmética o Mallorca).
Para pacientes con piel seca, el uso de cremas, lociones, leches o aceites con filtro solar será lo adecuado para aportar no solo un filtro solar, sino también una hidratación adecuada durante la exposición al sol.
Consejos para la aplicación del maquillaje en función del tipo de piel
Las pieles grasas deben aplicar maquillajes oil free de texturas ligeras (emulsiones oil free, espumas, polvos), no comedogénicos; mientras que las pieles secas pueden aplicar productos de maquillaje de texturas más ricas, con mayor contenido en aceites o bien aplicar bases de maquillaje que cumplan la función emoliente y tras ella, productos de maquillaje más ligero.