En las Islas Canarias es muy frecuente la llegada de polvo en suspensión procedente del Desierto del Sáhara. La calima es un fenómeno meteorológico que se caracteriza por la presencia de partículas muy pequeñas de polvo en el aire causado por las tormentas de arena traídas por el viento hacia el archipiélago.
Esta situación climática puede llegar a producir molestias en la salud de los habitantes que viven en Canarias, sobre todo, en personas que tienen asma o alergia. Una época de calima supone un empeoramiento clínico mayor en las personas que padecen cualquier afección respiratoria.
¿Cómo afecta la calima a tu salud?
Es uno de los factores desencadenante y que agrava con mayor o menor intensidad, provocando irritaciones en la nariz y garganta y no permite una respiración normal.
Canarias cuenta con 800.000 canarios afectados por la rinitis alérgica y 300.000 por el asma (datos presentados por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica). Si a esto le sumamos una humedad alta, una temperatura media constante de 25ºC y le añaidmos el polvo en suspensión procedente de la calima, forman el cóctel perfecto para que empeore de manera exponencial la salud respiratoria.
¿Qué sustancias componen la calima?
La calima es polvo en suspensión compuesto por arcilla, calcita, óxido de aluminio, sílice, yeso, entre otros minerales. Además, arrastra componentes microscópicos procedentes del polen, hongos y productos contaminantes procedentes de las fábricas de Argelia, Túnez y Marruecos.
Hay que tener en cuenta que estas micropartículas se introducen en nuestro aparato respiratorio hasta llegar a nuestros pulmones, y de ahí pasa al sistema circulatorio. Según la Organización Mundial de la Salud solo debemos estar expuestos a 50 mg por metro cúbico de este aire. En Canarias, en periodos de calima, superamos diez veces esta cantidad.
¿Cuáles son los principales consejos para que no te afecte la calima?
Hay varias recomendaciones para evitar los problemas respiratorios en época de calima:
- En la práctica de deporte: Reduce el tiempo de ejercicio físico al aire libre, el esfuerzo respiratorio y el polvo en suspensión puede perjudicar a las vías. Si padece de un enfermedad crónica, lo mejor es no realizar el ejercicio.
- Usar mascarillas anti alérgicas al aire libre y tener siempre a disposición del medicamento o tratamiento de la alergia. Si te encuentras mal, debes acudir a Urgencias o a su médico.
- Salir de casa: Si padece de cualquier alergia al polvo o asma evite en todo lo necesario salir a la calle y sobre todo cierre puertas y ventanas.
- El agua: Consuma mucha agua, ya que la calima, provoca un sobresfuerzo de los pulmones que elimina en mayor medida el agua.
- Los ojos: Protege la vista de las inclemencias del polvo en suspensión. Unas gafas de vista o de sol nos ayudarán a defender los ojos de cualquier partícula de polvo.
Es importante saber que hay un periodo del año peor que otro para la calima. La estación de invierno es la menos favorable debido a la alta frecuencia de los fenómenos de polvo en suspensión comparado con los meses de verano. Y también dependiendo de la altura por la que circulan estas partículas, tiene mayor capacidad de crear problemas respiratorios en la ciudadanía o no.
Especialista en alergología en Dermaten Clínicas
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