La Alergología es la especialidad médica que comprende el conocimiento, diagnóstico y tratamiento de la patología producida por mecanismos inmunológicos, especialmente de la hipersensibilidad. Se trata de una especialidad multidisciplinaria, ya que su campo de acción es amplio al abarcar el estudio de trastornos localizados en distintos órganos o sistemas (tracto respiratorio, tracto digestivo, piel, etc.), así como trastornos generalizados.
Todo sobre el servicio de Alergología
¿Qué es la alergia?
La alergia es la respuesta inmunológica o defensiva frente a sustancias que normalmente no inducen reacciones en la mayoría de las personas. El origen de una reacción alérgica no está por tanto en el agente que la produce, sino en el propio individuo.
Por ello se considera que la condición de ser alérgico tiene un importante componente constitucional, es decir, depende de una predisposición individual que frecuentemente es hereditaria. Para definir esta predisposición se emplea el término atopia (que literalmente significa “fuera de lugar”). La atopia se define como un estado de hipersensibilidad en personas con enfermedades tales como asma, rinitis, conjuntivitis y algunas dermatitis, motivo por el cual los términos alergia y atopia se utilizan indistintamente para designar globalmente estas enfermedades.
¿Cómo se desarrolla una alergia?
Para comprender los mecanismos por los que se desarrolla una respuesta alérgica, a continuación describiremos brevemente una de las formas más frecuentes de hipersensibilidad: la respuesta mediada por IgE o hipersensibilidad inmediata.
La inmunoglobulina E (IgE) es un tipo de anticuerpo presente en todas las personas. Al igual que otras inmunoglobulinas, interviene en la respuesta inmune específica al reconocer un agente extraño potencialmente peligroso sobre el que actúan nuestras defensas. Este agente se denomina antígeno. En las personas atópicas, la IgE reacciona contra un agente generalmente inofensivo que al unirse a la IgE induce una serie de mecanismos que desencadenan la liberación de mediadores inflamatorios que producen la reacción alérgica. Este agente, que funciona como un antígeno, se denomina alérgeno.
Pero esta reacción no sucede repentinamente sin una fase previa denominada sensibilización. Como en toda respuesta inmune específica, los anticuerpos tienen que producirse tras una o varias exposiciones previas al alérgeno, durante las cuales se tolera su contacto. En esta fase se generan anticuerpos IgE que reconocen al alérgeno, de forma que en posteriores contactos se desencadena la reacción.
La reacción alérgica se produce por la liberación de sustancias procedentes de células inflamatorias. En el caso de las reacciones mediadas por IgE, la célula implicada se denomina mastocito. Esta célula se descarga bruscamente al ser activada por la IgE, con la consecuente liberación de los mediadores responsables de todas las manifestaciones de la reacción.
Pruebas diagnósticas
Según el tipo de enfermedad que se estudie o de la sospecha del agente causal implicado (alérgeno) se realizarán unas pruebas cutáneas u otras. De ahí que antes de realizar cualquier prueba cutánea es necesario conocer la situación del paciente, es decir, el alergólogo ha emitido un diagnóstico clínico que indica la confirmación de la sensibilización como causa de la enfermedad.
Las pruebas cutáneas de mayor utilidad alergológica son tres: prick test, prueba intradérmica y prueba epicutánea.
Prick Test
Consiste en la aplicación sobre la superficie cutánea de una pequeña cantidad de un extracto alergénico (habitualmente una gota) sobre la que se efectúa una leve punción con una lanceta de punta corta. Se puede realizar con extractos de aeroalérgenos, alimentos, medicamentos, himenópteros y cualquier otro alérgeno que requiera la confirmación de hipersensibilidad inmediata.
Prueba intradérmica
Consiste en la administración en la dermis superficial de un extracto alergénico en dilución acuosa, introduciendo una cantidad aproximada de 0,1 ml mediante una aguja de calibre fino. Mediante esta prueba se puede realizar una lectura inmediata (antes de 30 min) y retardada (a partir de 24 horas), para catalogar la sensibilización en función del resultado.
La indicación es más específica que en el caso anterior y, salvo algunas excepciones, no debe realizarse con alimentos ni con la mayoría de los inhalantes.Estas pruebas no están exentas de riesgos, ya que pueden desencadenar una reacción más intensa de lo habitual. Por este motivo deben realizarse bajo la supervisión de un alergólogo.
Prueba epicutánea
Consiste en la aplicación sobre la piel de uno o varios agentes responsables de reacciones cutáneas de contacto, con el fin de confirmar una respuesta de hipersensibilidad retardada. Por esto el parche se mantiene durante 48 horas y la respuesta se observa hasta 2 días después de su retirada. También se puede realizar con medicamentos, ante la sospecha de reacciones retardadas.
Pruebas de exposición
Son el último recurso en el diagnóstico alergológico y muchas veces constituyen un procedimiento necesario para aclarar un diagnóstico de sospecha. Están indicadas para confirmar la tolerancia del supuesto causante de una reacción alérgica, cuando el resto de las pruebas no son concluyentes.
En todo caso, corresponde al alergólogo la valoración y el control de estos procedimientos, dado el riesgo de reacción que conllevan. Según la vía de exposición, estas pruebas pueden ser oculares, nasales, bronquiales, orales o parenterales. Estas últimas (inyectadas por vía subcutánea, intramuscular o intravenosa) se restringen al estudio de alergia a medicamentos.
Tratamientos de la alergia
Medicamentos
Según el tipo de alergia, los medicamentos pueden ayudar a reducir la reacción del sistema inmunitario y aliviar los síntomas. El alergólogo puede sugerir medicamentos de venta libre o con receta en forma de pastillas o líquidos, aerosoles nasales o gotas para los ojos.
Inmunoterapia
Para las alergias graves o las que no se alivian por completo con otro tratamiento, el médico puede recomendar la inmunoterapia con alérgenos. Este tratamiento implica una serie de inyecciones de extractos de alérgenos purificados, usualmente administrados durante un período que dura unos años.
Otra forma de inmunoterapia es una tableta que se coloca debajo de la lengua (sublingual) hasta que se disuelve. Los medicamentos sublinguales se usan para tratar algunas alergias al polen.
Evitar los alérgenos
El médico te ayudará a identificar y evitar los detonantes de tu alergia. Generalmente, este es el paso más importante para prevenir las reacciones alérgicas y reducir los síntomas.
Epinefrina de emergencia
Si tienes una alergia grave, es probable que siempre debas llevar contigo una inyección de epinefrina de emergencia. Administrada para las reacciones alérgicas graves, una inyección de epinefrina puede reducir los síntomas hasta que consigas tratamiento de emergencia.
Especialista
Dra. Inmaculada Sánchez Machín
La Dra. Inmaculada Sánchez Machín es la responsable del Servicio de Alergología de Dermaten. Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de La Laguna (ULL), la Dra. Sánchez cursó la especialidad en Alergología e Inmunología Clínica vía MIR en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander. Cuenta con un doctorado en Medicina por la Universidad de La Laguna (2015).